Capital internacional de intercambio

Gringos oriundos de Wisconsin, Minessota, New Yersey, Colorado o Texas se mezclan con otros provenientes de Hamburgo, Berlin, Copenhaguen, Oslo mientras descubren los vericuetos del Cerro Alegre. Más adelante, otro grupo de coreanos, japoneses y unos pocos chinos disparan incesantemente sus cámaras. Todos son estudiantes de intercambio atraídos por la posibilidad de practicar el idioma español y aprender la cultura chilena mientras comparten con jóvenes estudiantes de las universidades porteñas, al igual que algunos muchachos jordanos, sirios, egipcios y de los emiratos árabes. 
 

Universidades como la UCV, Adolfo Ibáñez, Viña del Mar y Valparaíso, atraen año a año a centenares de alumnos de disímiles países a aventurarse hasta el fin del mundo para practicar el idioma español en una puerto llamado Valparaíso de un un país denominado Chile.


Aquí escubren los cerros, el carrete, las chorrillanas, aprenden rápidamente los chilenismos, y varios o varias se enamoran, redactan con dificultan ensayos sobre la realidad latinoamericana, y se adaptan con alguna dificultad a los claroscuros de la vida en nuestro país cobijados en casas de familias que los reciben durante su estadía.

 Festivales culturales y de música, espectáculos en el mar,        circuitos ecodeportivos, tarjeta de descuentos en comercios y espectáculos,  conciertos gratis, viajes por el país a tarifa rebajada, actividades de voluntariado social serían algunos de los atractivos para incrementar sustancialmente el arribo de alumnos de universidades extranjeras que se sientan atraídos por vivir la experiencia de practicar el idioma español en una universidad de Valparaíso y compartir con una familia local en un ambiente de seguridad